lunes, 7 de julio de 2008

Tercer Articulo



Tema : Educacion Normal en Chile

La masificación de instituciones que han beneficiado la obtención de un título de manera acelerada ha tenido como consecuencia irrefutable, docentes sin la preparación idónea para ejercer como tales.
“El deterioro es evidente en la calidad de Educación al favorecer la “Cobertura” creando planes de formación acelerada de docentes...” (cita texto)
A propósito de esto se genero una propuesta que reivindica al futuro profesor, tanto en el ámbito salarial, como en nivel de categoría universitaria.
El texto nos expone un modelo que vela por la reestructuración del paradigma estudiantil, sin embargo, pareciese que los autores anhelan ejecutar de manera radical la modificación al actual patrón de enseñanza. Si consideramos que vigentemente estamos atravesando por un periodo de grandes crisis, donde la cuestión educacional, día a día es causal de controversia y altercados, me parece un tanto insensato exigir, en este minuto, una mutación tan sustancial al sistema. No obstante, es un modelo incuestionablemente beneficioso para el alumnado de universidades e institutos que imparten la pedagogía de manera masiva.
Concuerdo, sin reparo alguno, que es imperioso un cambio en el esqueleto educacional, es inadmisible que la educación se haya convertido en un negocio donde solo para aquel con poder adquisitivo es factible la enseñanza, tanto básica como superior. No puedo dejar de pensar que la inflación se va incrementando desproporcionadamente, ¿qué pasara entonces con los aranceles de colegio, liceos, institutos y universidades?
A pesar de que lo que se plantea es particularmente acertado para la preparación de docente, disiento enormemente en un punto del tratado:
“Requisito imprescindible previo a la selección es ser poseedor de uno de los tres primeros puestos de su promoción”. (cita texto)
¿Consideran realmente, los ejecutores de dicha propuesta, que solo los alumnos con mejores rendimientos son apropiados para desempeñarse como futuros maestros?.
Es advertido ya por muchos que aun existen en nuestro país establecimientos con reformas no acertadas. Uno de los grandes defectos es que promueven el facilismo como alternativa a la pedagogía de la perseverancia y del esfuerzo. Si el alumnado se encuentra en dificultades se rebaja el nivel para que todo el mundo pueda tener éxito. Eso, por supuesto, ha revelado un vasto fracaso, porque al bajar el nivel, los alumnos se adaptan a la nueva referencia y se entra en una espiral que refuerza el fracaso en vez de evitarlo. Ello explica por qué, en vez de reducirse el abandono educativo temprano, se incrementa. Con respecto a lo mismo, productividad escolar: ¿Se puede hacer caso omiso a lo que acusa el SIMCE?.
Creo en la veracidad de los datos arrojados por este sistema de medición cuando denuncia que el setenta por ciento de los nefastos resultados corresponden a colegios con bajo rendimiento, dentro de los cuales, son por sobre el noventa por ciento municipales. En consecuencia no creo que los elegidos para acceder a estas escuelas normales sean mayoritariamente escogidos por esta metodología.
La cuestión de los valores es esencial. El hecho de que la educación sea un valor cotizado en la familia y en la sociedad juega un papel determinante a la hora de explicar los buenos resultados. Y las políticas educativas desempeñan también un papel importante, por sí mismas y por su influencia sobre los valores que operan en el medio escolar.
“Esta propuesta es un primer paso que busca sensibilizar a las autoridades políticas y educacionales para acometer esta importante iniciativa y, en conjunto con los representantes de los profesores normalistas y de todos los actores del sistema, establecer los mecanismos que permitan implementarla a mediano plazo, mejorando de esta forma el alicaído sistema de Formación Inicial de los Docentes.” (cita texto)
Finalmente puedo acotar para mi conclusión del tema tres cosas que me parecen soslayables:
· El desarrollo profesional de los profesores no está vinculado a los resultados que obtengan sus alumnos.
· Entre adolescentes e infantes, el que sobresale es mal visto. Lo mejor es no sobresalir.
· Si la obtención de buenos resultados no es una prioridad, no ha de extrañarnos que no los consigamos.


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